54. Jahrgang Nr. 3 / März 2024
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Ausgabe Nr. 8 Monat Oktober 2004
La posizione teologica dell'Unione Sacerdotale Trento (nel Messico)


Ausgabe Nr. 11 Monat december 2005
Jesús, Señor en Tu Nacimiento: Bendita seas entre todas las mujeres (Lucas I, 28 y 42)


Ausgabe Nr. 11 Monat december 2005
HABEMUS PAPAM?


Ausgabe Nr. 11 Monat december 2005
La libertad religiosa, error del Vaticano II


Ausgabe Nr. 11 Monat Februar 2006
Autobiografia I


Ausgabe Nr. 4 Monat April 2003
La silla apostólica ocupada


Ausgabe Nr. 2 Monat Mars 2002
Alla ricerca dell’unità perduta


Ausgabe Nr. 2 Monat Mars 2002
In Search of lost unity (engl/spa)


Ausgabe Nr. 8 Monat December 2002
La sede apostolica


Ausgabe Nr. 7 Monat Diciembre 2001
Jesus Lord at thy birth/Nacimiento (Eng/Esp)


Ausgabe Nr. 7 Monat Diciembre 2001
LA IGLESIA CATOLICO-ROMANA EN LA DIASPORA


Ausgabe Nr. 2 Monat Juni 2000
¿DONDE ESTAMOS?


Ausgabe Nr. 2 Monat August 1982
ERZBISCHOF PETER MARTIN NGO-DINH-THUC


Ausgabe Nr. 13 Monat September 2007
Declaratio


Ausgabe Nr. 13 Monat September 2007
Dichiarazione


Ausgabe Nr. 12 Monat Decembre 1982
ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LAS CONSAGRACIONES EPISCOPALES


Ausgabe Nr. 12 Monat März 2008
Apostasía y Confusión


Ausgabe Nr. 13 Monat April 2008
LA VALIDEZ CE LOS RITOS POSTCONCILIARES CUESTIONADA


Ausgabe Nr. 13 Monat April 2008
BIBLIOGRAFIA: VALIDEZ CUESTIONADA DE LOS NUEVOS RITOS POSTCONCILIARES


Ausgabe Nr. 14 Monat Mai 2008
EL PROBLEMA DE LA RESTITUCION DE LA JERARQUIA CATOLICA


Ausgabe Nr. 14 Monat Mai 2008
EL PROBLEMA DE LA RESTITUCION DE LA JERARQUIA CAT. 1.Cont


Ausgabe Nr. 12 Monat März 2008
REPLICA AL ARTICULO 'APOSTASIA Y CONFUSION'


Ausgabe Nr. 15 Monat Juli 2008
DICTAMEN SOBRE UNA ELECION PAPAL EN LAS PRESENTES CIRCUNSTANCIAS


Ausgabe Nr. 13 Monat Diciembre 2009
Estado de emergencia: afianzado en cemento


Ausgabe Nr. 5 Monat Juni 2020
Los errores del Vaticano II y su superación gracias al conocimiento de Cristo como Hijo de Dios


Ausgabe Nr. 5 Monat Oktober 2023
Declaratión del año 2000


Ausgabe Nr. 3 Monat März 2024
Mi encuentro con Su Excelentísimo y Reverendísimo Arzobispo Pierre Martin Ngô-dinh-Thuc


Ausgabe Nr. 3 Monat März 2024
Il mio incontro con S.E. l´Arcivescovo Pierre Martin Ngô-dinh-Thuc


EL PROBLEMA DE LA RESTITUCION DE LA JERARQUIA CAT. 1.Cont
 
1. Contimuación

Esto mismo, mutatis mutandis, es lo que viene a decir la BRITON'S. No hay más poner Pío XII, en el lugar de Urbano VI. Luego, debenios rechazar indignados las deletreas teorías de la Briton's, que tan frontal y descaradamente se oponen a la doctrina de la Iglesia.

Pasemos, ahora, a examinar las teorías del sr. Zins, que difieren, en parte sustancial de las de la Briton's y ha originado discrepancias entre ambas publicaciones.

Par supuesto que el Diácono Zins confiesa el dogma de la Indefectibilidad de la Iglesia. Es más, al confrontar el dogma con sus teorías, lo considera coma una antinomia. Es consciente del choque que se produce; no obstante, procura soslayario, hacienda sus piruetas dialécticas. Al sr. Zins, por supuesto, tampoco se le puede llevar la contra. Se considera el Magisterio en persona y está pronto a poner en ridícuio y anatematizar a quien esfé en desacuerdo con él.

El D. Zins trata expresamente la cuestión en el nüm. 23 de SUB TUUM PRAESIDIUM, en la Rubr. 3, ACTUALITE DOCTRINALE. Trata de la Indefectibilidad y visibilidad de la Iglesia, en el tiempo de la gran Apostasía (pp. 14-35). Desarrolla el tema en forma de diálogo, con un presunto oponente, que, como es natural en esa forma iiteraria de diálogo-monólogo, termina plenamente convencido de la teoría e explicación, o exégesis, ofrecida por Zins.

El oponente formula sus dudas en plan de consulta. "Muchos tradicionalistas, al no poder conciliar la crisis actual con la Indefectibilidad de la Iglesia y su Visibilidad, se quedan, con e fin de salvaguardar el dogma, con la Jerarquía oficial, dirigida por el Apóstata J.P. II. Otros, al menos en su actitud práctica no reconodichas características más que en los obispos consagrados par Mans. Lefebvre, respaldado por Mans. Castro Mayer, o en los obispos tradicionalistas consagras ilegítimamente por Mans. Thuc.

Si, pues, a pesar de que divergen los unos de los otros en la determinación de los miembros actuales de la Jerarquía, todos están de acuerdo en afirmar la incompatibilidad absoluta de la ausencia prolongada de una Jerarquía legítima, públicamente reconocida, con la INDEFECTIBILIDAD E INVISIBILIDAD de la Iglesia católica.

En efecto, si no existen obispos legítimos conocidos ¿qué se ha hecho de la visibilidad de la Iglesia Militante? ¿Si todos los obispos han prevaricado qué ha sido de la apastolicidad?

Contestación de Zins: "Ta es ciertamente el PUNTO CRUCIAL de esta crisis inaudita y que constituye la esencia de su gravedad, sin precedente."

Antes de dar respuesta y deshacer este nudo gordiano, cuya dificultad no escapa a la sagacidad de Zins, hace las siguientes consideraciones y distinciones.

"Todas las objeciones -dice- se entrecruzan y conciernen, más o menos explícitamente, a la naturaleza divina e inmutable de la Iglesia. Dichas objeciones pueden incidir, bien sobre sus 4 notas: Unidad... o sobre sus 3 cualidades de sociedad: legítima, perfecta, visible; o sobre sus 2 prerrogativas: Indefectibilidad e infalibilidad.

Todo se concentra en una sola questión: La de la imcompatibilidad de la naturaleza divina de la Iglesia Militante con un estado exterior presente en la crisis actual. Zins aventura su solución, - a la que hay que plegarse inapelablemente-, ya que muchos por no haber sabido responder convenientemente a la misma, han perdido la Fe; y otros muchos están en camino de perderla por no responder adecuadamente a la misma.

No obstante, previamente a su solución, confiesa que es muy difícil dar una respuesta clara y que se debe hacer un acto de fe en la Igiesia, sin esforzarse demasiado en comprender lo que excede a nuestra comprensión.

La respuesta negativa, que es la que ofrece primero, se basa en el mismo principio, según dije antes, en que se basa la BRITON'S, o sea, en la afirmación rotunda, como si fuera de fe, de que toda la Jerarquía carece de legitimidad. La Apostasía ha sido total.

Esta generalización dogmtica, indiscriminada, es la qae pieral D. Zins. Supedita la claridad meridiana del dogma a su tenebroso principio establecido por su propio juicio. Mientras permanezca endurecido en su postura es inútil prorrogar por más tiempo el debate.

Admitir esa generalización de Zins, esta censurada par un gran teólogo. Melchor Cano dice: "Pugna no sólo con la razón, sino también con las Sagradas Letras, decir que TODOS LOS APOSTOLES, en general, perdieron la fe." (Citado par Gregorio Alastruey, Tratado de la Virgen Ssma, P. Ii, c. 5 cuest. 4), al tratar de si en el Triduo de la Pasión de Cristo la Fe sólo se mantuvo en la Ssma. Virgen. No hay más que aplicarlo a la situación actual, para ver que a esa postura la atañe la censura de Mechor Cano. Y la razón de ello es, según explica el mismo autor que lo cita, que sostener lo contrario, obliga a decir que alguna vez hizo defección la Iglesia.

No se puede partir, pues, del supuesto de que parte Zins, pues, el dogma queda puesto en entredicho, por más piruetas y escarceos dialécitós que haga el diácono.

Por eso, en su respuesta positiva tiene que refugiarse en una pretendida ciencia teológica, que lo deje todo a una solución puramente divina, milagrosa, sin posible cooperación humana de los Miembros de la Iglesia Militante, o recurrir a que estamos ya en el tiempo del fin del mundo.

Se esfuerza en explicar la visibilidad por la profesión de fe de los fieles y acude a la hipótesis de que quede algún obispo oculto, como los obispos fieles ocultos en las catabumbas.

Pero, el caso e s-añado yo- que conforme han ida cayendo los muros y cortinas del mundo comunista, no tengo noticias de que haya surgido un nuevo Atanasio, acusando de aptatas a los jerarcas de la Iglesia conciliar, ni deciarando vacante la Santa Sede; sino todo lo contrario, parece ser que según van, emergiendo del cautiverio rojo, van siendo engullidos por la iglesia conciliar, excepto en la Iglesia China. (No me extenderé más en este Ultimo dato, se dejará para hablar del mismo en el coloquio).

Pero, Zins no se arredra. Si no existe ese obispo hipótetico recurre al sentido mistico. "La Iglesia es el Cuerpo místico de Cristo y debe reproducir, en sí, la vida, pasión y muerte de Cristo, para resucitar triunfante de todos sus enemigos. Por tanto, no seria una derrota definitiva; y se queda tan pancho.

A esto hay que decir, en primer lugar, que Cristo resucitó triunfante para nunca más morir, ni siquiera en su Cuerpo Místico, que tiene promesa le vida hasta el fin del mundo. Portae inferni non praevalebunt, o sea, la muerte.

La Iglesia, tal como fue establecida pro Cristo, no puede perder la vida, ni menos a manos de sus enemigos, ni en sus miembros secundarios (los simples fieles, la Iglesia discente) ni en sus miembros primarios, (o sea la Iglesia docente, la Jerarquía) a quiénes la promesa les fue reiterada -A LOS ONCE- nominalmente (Mat. 28,20).

Posteriormente, recurre a las profecías y al Magisterio y Ministerio de Elías y Henoc. O sea, que para explicar la claridad meridiano-vuelvo a repetir- de un dogma, acude a la opacidad de las profecías de las que dijo Pascal que "Las profecías son equivocas; solo después de su cumplimineto desaparece la ambigüedad".

Pero, yo añado -y perdonen la digresión- que aun despues de cumplidas, no todos entienden que se trata del cumplimiento esperado de tales profecías.

La interpretación apriorstíica de las profecias, que pretenden darles un perfil nitido y muy circunstanciado, puede jugar malas pasadas. La dificultad se agrava, cuando se trata de describir muy detalladamente las profecías escatológicas.

En un complejo dc profecías, conexas e imbricadas, como son las profecías escatológicas, es peligroso querer determiner sus coordinadas con toda exactitud. Se trata de un rompecabezas insoluble para el entendiemiento humano.

Las profecías no suelen presentarse en una perspectiva correcta, sino proyectadas en diversos planos que se confunden y superpolnen, como sucede en la lejanía del horizonte. Si, debido a una falsa apreciación, imaginamos planos distintos como yuxtapuestos, nos expondremos a no reconocer la realidad de su presencia.

Cuando vino el Mesías prometido, tanto el tiempo señalado, como otra infinidad de detalles convergían en EL. Sin embargo, el pueblo, depositario de las profecías no lo reconoció como tal Mesías; lo rechazó, salvo el reducido resto a quien Dios iluminó...

¿A qué se debiö esto? -Dejando a un lado los misteriosos designios de Dios la cause principal, a mi juicio, se debió, no sóio a que los judíos presos en la realidad material de muchas de las profecías, sino por heber confundido, en su interpretación errónea, en un solo plano la primera y la segunda venida del Mesías.

Debido a esa falsa perspectiva, no podían aceptar a un Mesías pobre, humilde, crucificado -su gran escéndalo, como dijo San Pablo- por haberse quedado sólo con la parte que se refiere al Mesías glorioso y triunfante de todos sus enemigos.

Si a los judíos, la interpretación errónea de las profecías les jugó una mala pasada, a pesar de estar profetizado el tiempo de su primera venida, ?qué faena podría jugarnos adherirse a cualquiera de las diversas interpretaciones propuestas haste ahora, en lo que respecta el fin del mundo, cuya hora nadie conoce, según consta expresamente en la revelación?

Cuando alguna de esas interpretaciones gana terreno y se generalizan, pueden dar luger a errores palmarios, según aconteció a ciertos grupos de la primitive cristiandad, respecto de la inminencia de la PARUSIA QUE TUVIERON QUE CORREGIR San Pablo y S. Pedro. O como sucedió en plena Edad Media, el aproximerse el Milenio.

El apego, pues, a alguno de esos sistemes de interpretación apriorística del desarrollo de las profecías, es exponerse a no captar la realidad cuando se haga presente en su cumplimiento.

Tambin vino ELías en la persona de Juan el Bautista y si Cristo no lo aciara, tai vez, nadie lo hubiera captado. Esta es la base debilísima en que se apoya el D. Zins y con la que pretende aclarar el dogma de la Indefectibilidad de la Igiesia, que de por sí es clarísimo.

¿Cree el sr. Zins y otros más, que, cuando venga el Anticristo y los testigos, van a ser reconocidos UNANIMENTE por todos los fieles con toda claridad? La base escatólogica en que se ajoya Zins no puede ni debe distornionar los datos claros de la verdad de fe.

El D. Zins por su Antisacramentalismo a ultranza pone en entredicho el fin de la Iglesia, que es de la Salvación de las almas. "Como me envió mi Padre, así os envío yo a vosotros... Mi voluntad es la del que me envió y llevar a cabo su obra... He venido para que tengan vida y la tengan muy abundantemente... Cristo no va a cambiar ahora de parecer y dejar despiadamentamente que perecan las almas, por cuyo rescate pagó el precio infinito de su sangre.

Por fin, Zins niega implicitamente que la Iglesia sea una sociedad perfecta.

Pero, la Iglesia es una Sociedad perfecta en su género, dotada de todos los medios y elementos sociales para cumplir su fin. (Cf. MYSTICI CORPORIS)

En el Vaticano I había una definición preparada que decía así: "S.q.d. ECLESIAM NO ESSE SOCIETATEM PERFECTAM A.S." Y en el Syllabus se condena negar que la Iglesia sea una verdadera y PERFECTA Sociedad.

"La Iglesia es una sociedad, perfecta en su género, así como jurídicamente, dotada por su divino fundador, con todos los medios necesarios para su conservación y acción". (IMMORTALE DEl, León XIII).

Consecuencia. Si la Iglesia es una Sociedad perfecta, como nos enseña la Fe, con promesas de vida hasta el fin del mundo -es decir, mientras haya hombres en la tierra- quiere decir que la Iglesia dispone de una solución - explícita o implícita - para cada uno de los problemas que surjan en su seno. Y eso quiere decir que dicha solución existe también para la presente crisis. Pensar lo contraarios es un tremendo error.

Pero, dicha solución hay que buscaria, no en teorías deletéreas, o en hipótesis de intrepretaciones escatólógicas o en Teología-ficción, sino en su doctrina y en sus santas leyes sabiamente aplicadas al caso, como ha preconizado el Dtor H. Johas.

Con esto y la ayuda de Dios, que no puéde faltar, debemos lanzarnos a la terea de la Restauración Jerárquica, que es donde reside el nudo gordiano del probiema. Para ello, no hace falta sino ponerse a trabajar, caminado hacia dicho objetivo, despreciando olímpicamente todas las burlas, censuras y amenazas de la Briton's y de los diversos abates, que se oponen a ciertas verdades de fe y a las exigencias ineludibles que de ellas se derivan.

Pero, ¿en que situación de concordia y unión se encuentra este grupo de Sedevacantistas - al que despectivamente llaman Conclavistas los enemigos de la Restauración? Por desgracia, también, en este sector, como he dicho antes, se advierte y se cierne el riesgo de la división y separación. ¿Lo conseguirá la Bestia? Roguemos a Dios que esto no suceda.

Por mi parte, con el fin de evitarlo, deseo hacer unas consideraciones sobre las Consagraciones realizadas y por realizar, en las presentes circunstancias.

Las discrepancias iniciaies que observo sobre esta cuestión son las que pueden dar lugar a que se consume la división, con la consiguiente pérdida de tiempo en el caminar hacia el objetivo propuesto, que ganará la Bestia y aprovechará en su favor.

El grito angustioso de todos nosostros es: "Queremos un Papa, queremos un Obispo". Oigamos, al respecto a Myra Davidogiou (cf. l.c. p.13).

"On voudrait un pape, un eveque..." queremos un papa, un obispo. Pero, creo -sigue M. Davidoglou- que sería mejor decir (invirtiendo el orden) un obispo, un papa; ya que es preciso un Obispo para hacer un papa, en tanto que no lo es un papa para crear un obispo. Basta otro obispo.

El poder de orden, en su plenitud o poder episcopal es, por otra parte, de una necesidad rigurosa, no a los fieles en particular, sino a la Iglesia en general; pues, el un sacerdote engendra hijos, el obispo y SOLO EL OBISPO ENGENDRA PADRES, asegurando así la sucesión apostólica." Hasta aquí Davidogiou.

Las últimas palabras de Davidogiou no son de ella -aunque no da la referencia- sino de León XIII, en su enc. "DIVINUM ILLUD MUNUS": "Ab ipso nanque (el Espíritu Santo) EPISCOPI CONSTITUUNTUR, quorum minieterio non MODO FILII GENERANTUR, SED PATRES, sacerdotes videlicet, ad regendam enutriendamque eam." (Cf. D. S. 3328)

Pues, bien, sobre este punto concreto del cambio del orden en la consecución del objetivo total, es por donde est comenzando a desgajarse la unidad de los Sedevacantistas, mal llamados "Conclavistas.

A mi juicio, si queremos que nuestros esfuerzos no resulten estériles, es preciso conservar a todo trance una unidad monoiltica respecto de la siguientes cuestiones.

I) VALIDEZ DE LAS CONSAGRACIONES.

Desde que el P. BARBARA, al enterarse de las Consagraciones secretas de G. des Lauriers, Carmona y Zamora, las proclamó, irritado contra Mons. Thuc, ilegítimas, sacrílegas y cismticas, y aventuró la hipótesis de su nulidad, se impuso dicha declaración, como si fuera dogma de fe, en muchos círculos sedevacantistas - entre ellos, al de la revista ROMA, cuya postura tuvo la suficienteoe humildad de retractar - algo que no es corriente hoy en diase clavó el arpón de la duda y de la perplejidad.

Esa duda ha sido proclamada ya como tesis por el D. Zins. Debido a esto, han conseguido los enemigos mortales de la Restauracién que en muchos Sedevacantistas el arpón de la duda les produzca ansiedad y descontento con la línea Thuc de obispos. No les satisface.

De ahí, que se siga buscando angustiosamente algún obispo tradicionalista PLENAMENTE LIMPIO DE TODA SOSPECHA, sin acatar humildemente los designios de Dios, que nos ha ofrecido ese canal, ese eslabón de la Sucesión apostólica.

No nos dejemos arrastrar por la temeraria afirmación de Zins de que "sería impío pensar que la Providencia hubiera hecho posible la salvación del mundo a través de un pecado... Sería recurrir a una fuente emponzoñada." ¡Qué barbaridades se loe ocurren a Zins! Y lo que me duele es que ejerzan influencia en los Sedevacantistas dispuestos a trabajar por la Restauración. El punto de vista de M. Davidoglou es diametralmente opuesto.

Las afirmaciones de Zins las impugné en un trabajo, publicado en enexo en ROMA, núm. 120, 1991.

Considera sacrílega la Consagración de Mons Carmona, por haberla recibido de un tal "personaje". A eso respondo en mi trabajo que sólo se disponía de ese PERSONAJE, dispuesto a perpetuar la Sucesión Apostólica. Adoremos los designios de la divina Providencia.

Razonemos la cuestión, de acuerdo con la doctrina católica y rechacemos con odio feroz las doctrinas deletéreas, inspirades por una pasión mal reprimida. Debemos extraernos el arpón de la duda, que nos enerva y paraliza toda actividad encaminada a la tarea urgente de la Restauración católica.

En el supuesto - no concedido por mi parte - de que Mans. Thuc fuera un pecador del calibre descrito par el P. Barbara y el D. Zins, no par eso, los obispos consagrados par el, seria menos obispos que si hubieran sido consagrados, por poner un ejemplo, par S. Pío X.

En la Profesión de Fe, prescrita a los Waldenses, se ies propone como verdad de fe, que los Sacramentos que se celebran en la Iglesia, aunque sean administrados por un sacerdote pecador "LICET A PECCATORE SACERDOTE MINISTRENTUR, DUM ECCLESIA EUM RECIPIT", con tal de que sea recibido por la Iglesia, no pierden nada de su valor, ni deben ser reprobados ("in nullo reprobamus") ' pues no daña la malicia del Obispo o del sacerdote ni al bautismo, ni para la celebración de la Eucaristía, ni a los demás oficios eclesiásticos, que celebran para sus subordinados. Y más abajo. Creemos y afirmamos que no se recibe menos del mal sacerdote, ni más del bueno... (Cf. D. 424)

Par otro lado, tenemos la definición solemne de Trento: "Si alguno dijere que un Ministro en pecado mortal, con tal que guarde todo lo esencial, necesario para la confección y administración de un Sacramento, no lo confecciona ni lo administra (S. A. " D. 855).

Ya sabemos que lo necesario y esencial para la confección de un Sacramento es emplear la debida materia y forma, con intención de hacer lo que hace la Iglesia. La Materia y la Forma son perceptibles par los sentidos; pero la intención no lo es. De ahí, la declaración de León XIII en "APOSTOLICAE CURAE", para que, mediando las directrices del Magisterio, sepamos a qué atenernos.

"De la intención, como algo interno que es, la Iglesia no juzga; pero en cuanto se manifiesta externamente, si que debe juzgar. Ahora bien, cuando alguien, al administrar un Sacramento, emplea la Materia y Forma debida, de manera seria Y DE ACUERDO CON EL RITO, por el hecho mismo se considera que tuvo intención de hacer lo que hace la Iglesia." (Cf. D.S. 3318).

La Iglesia ha hecho declaraciones y puntualizado sobre la cuestión de la intención en varias ocasiones. En consulta elevada al Santo Oficio en 1877, se da la siguiente respuesta: "Los errores (de los herejes) no son incompatibles con la intención de hacer lo que hace la Iglesia; y dicho errores no pueden inducir 'per se', la PRESUNCION GENERAL contra la validez de los Sacramentos EN GENERAL (in genere) ni del bautismo en especial." (DS 3126)

Tenemos otro texto mucho más reciente, de 1949. La consulta que se le hace al Santo Oficio se refiere a las causas matrimoniales y al Bautismo, directamente, pero su aplicación debe generalizarse según vimos en el texto anterior. La consulta es: ¿Se debe presumir inválido... puesta la Materia y Forma necesaria, por defecto de intención del Ministro de hacer lo que hace la Iglesia... o se debe presumir válido, a no ser que se pruebe lo contrario en algún caso cancreto?

La respuesta fue negativa a la primera parte y afirmativa a la segunda.

Por los textos citados, vemos que la presunción generalizada, una vez puestas la Materia y Forma necesarias, de manera seria y de acuerdo con un rito católico, está en favor de la validez del Sacramento en cuestión. Para negar la validez, o ponerla en duda, se debe probar en cada caso concreto. Y hay que reconocer que es muy dificil probar que falta la debida intención, a dudar razonablemente de la misma, si la confección y administración del Sacramento se ha realizao SERIAMENTE Y DE ACUERDO CON EL RITO.

Por otro lado, tratamos aquí de uno de los Sacramentos que imprimen carácter "quae sine sacrilegio iterari non possunt", según la doctrina de la Iglesia. De ahí, la prescripción al respecto en la ley de la Iglesia: "Sacramenta... quae charecterm imprimunt iterari nequeunt. Si vero PRUDENS DUBIUM exsistat num revera vel num valide collata fuerint, sub conditione conferantur." (Canon 732)

O sea "Los sacramentos que imprimen carácter no se pueden iterar. Pero si surge UNA DUDA PRUDENTE sobre si fueron real o válidamente administrados, se deben administrar baja condición.

He aquí, el comentario del P. Alonso Lobo: "El único motivo que uthoriza la reiteración es la DUDA PRUDENTE acerca de la existencia o validez de la administración... Entendemos aquí por duda los estados de la mente distintos de la certeza... con tal que se fundamenten en alguna razón suficiente (DISTINTA DEL FUTIL ESCRUPULO) y no pueda ser removida después de un examen diligente..." (Cf. Cometarios al D. Canónico, B A C, 'T. II,p.72).

Expuesta la base doctrinal, que es de fe, no me explico las dudas surgidas en el campo Sedevacantista acerca de las Consagraciones episcopales. ¿Es esto admisible?

Las iteraciones lleadas a cabo en ls consagraciones, mejor dicho, en varias de las consagraciones de la línea Thuc, al enterarme de las mismas, siempre me producía desazón y repulsa, aunque se hagan "SUB CONTIONE". Pues, reiterar un sacramento, no reiterable, aunque sea "SUB CONDITIONE", sin la base de una DUDA RAZONABLA Y PRUDENTE, es exponerse a cometer un sacrileglo.

Ahora bien; la duda surgida al respecto, ¿es una duda prudente? o ¿es una duda morbosa, sin una legítima base racional, surgida de un escrúpulo, inducido por los enemigos de la Restauración jerráquica? Vengamos ya al caso concreto, causa de las varias iteraciones de consagraciones episcopales.

Corrió la noticia de la sospecha de grave enfermedad mental de Mons. Pièrre SALLE. De modo que ei motivo de las iteraciones realizadas - y de otras en proyecto, según rumores- se basa en una PRESUNTA ENEJANACION MENTAL del Consagrante.

Razonemos fríamente los hechos. Un enejanado mental no está capacitado, evidentemente, para mantener la atención y coordinación debida en un acto complejo, como es el Rito de la Consagración. En ese caso, es fácil detectar un demente, si los que asisten no son tontos.

Si Mons Sallé realizó las consagraciones SERIAMENTE, según ei Rito, sin vacilaciones, y en perfecto orden y corodinación - y esto lo tuvieron que advertir los asistentes - no existe el menor indicio racional para UNA DUDA PRUDENTE sobre la vaiidez del Sacramento.

En caso contrario, se hubiera puesto de manifiesto su demencia y se hubiera debido abandonar, en el acto, la ceremonia de la consagración.

Un hereje puede ser un buen actor, y simular y disimuiar una intención que no tiene - teóricamente cabe esa posibilidad - administrando SERIAMENTE Y DE ACUERDO CON EL RITO; pero, Pero un demente es absolutamente incapaz de esa doblez.

Por otro lado, el queruna persona haya tenido que ser ingresade en algún centro psiquiátrico, debido a un desequilibrio psíquico, no significa que sea un enajenado mental o un demente, ni menos a perpetuidad. No nos dejemos arrastrar por rurnores infundados, como sospecho en el presente caso.

Consecuencia. Averígüese, con diligencia, la verdad sobre este caso concreto, y no se vuelva a dar el paso de una iteración "sub conditione", hasta no fundar un duda prudente, según lo exige la Iglesia. Si queremos llegar a un resultado aceptable en esta nuestra marcha hacia nuestro objetivo, - debemos basarnos, en primer lugar, en un consenso absoluto, sobre este punto.
 
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